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Cómo sobrevivir a la inflación con control de precios automatizado
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Cómo sobrevivir a la inflación con control de precios automatizado

4 min de lectura Equipo Remargen

Cómo sobrevivir a la inflación con control de precios automatizado

Vivir en modo “reactivo”

Si tenés un kiosco, un minimercado o una ferretería, sabés lo que es correr atrás de los precios.

Cada semana llegan nuevas listas, los proveedores cambian valores sin avisar y la rentabilidad se vuelve una carrera de resistencia.

Revisar decenas de facturas, comparar precios y actualizar planillas a mano lleva horas, pero no hacerlo puede significar perder márgenes sin darte cuenta.

La inflación no se puede controlar, pero sí se puede controlar cómo la enfrentás.

El costo invisible de los aumentos constantes

Cuando los precios cambian varias veces por mes, el principal riesgo no es no vender, sino vender mal.

Muchos comercios siguen vendiendo al precio viejo porque no llegan a actualizar todo a tiempo.

Veamos un ejemplo simple:

Un minimercado vende un pack de agua mineral a $3.000 con un costo de $2.400 (margen del 25%).

Si el proveedor aumenta a $2.640 (+10%) y el precio de venta no se actualiza, el margen baja al 12%.

En rubros con cientos de productos —como kioscos, ferreterías o pinturerías— este efecto se multiplica rápidamente.

Lo que parece “un aumento chico” puede representar miles de pesos menos por mes.

El problema no es la inflación, es la reacción

La mayoría de los negocios no pierde dinero por los aumentos en sí, sino por no detectarlos a tiempo.

Y no es por descuido: revisar manualmente cada factura lleva demasiado tiempo.

Un kiosco o ferretería promedio recibe entre 150 y 250 facturas mensuales.

Si cada una requiere entre 3 y 5 minutos, se pierden de 8 a 20 horas por mes solo en control de precios.

Son horas del dueño o encargado, que podrían usarse en tareas más estratégicas.

La automatización como escudo contra la inflación

Ahí es donde entra en juego la inteligencia artificial aplicada a la gestión diaria.

Con herramientas como Remargen, los comercios pueden detectar aumentos automáticamente, controlar márgenes y mantener actualizados sus precios sin depender de planillas.

Remargen funciona directamente desde WhatsApp.

Solo hay que reenviar las facturas que llegan por mail o foto, y la IA se encarga de:

  • Leer automáticamente los datos (proveedor, fecha, productos, precios).
  • Comparar con facturas anteriores.
  • Detectar aumentos y avisar si un margen se redujo.
  • Clasificar productos por categoría (por ejemplo: bebidas, herramientas, pinturas, limpieza).

Así, en lugar de descubrir los aumentos tarde, te enterás en el momento.

Ejemplo:

“Remargen detectó un aumento del 6% en Pinturas Látex Interior 4L y un 8% en Yerba Playadito 1kg. Margen actual: 17% (antes 25%).”

Lo que cambia cuando tenés información en tiempo real

Con el control automatizado, los comercios pueden:

✅ Proteger márgenes ajustando precios apenas suben los costos.

✅ Ahorrar tiempo en la revisión de facturas (hasta 20 horas por mes).

✅ Tomar decisiones basadas en datos, no en intuición.

✅ Detectar aumentos silenciosos, incluso en productos de baja rotación.

Una pinturería puede ver cuándo subieron los selladores, una ferretería detectar que los clavos o adhesivos aumentaron, y un kiosco saber si su proveedor de gaseosas aplicó otro ajuste.

Tecnología que se adapta al contexto argentino

Remargen fue pensado para la realidad local: inflación alta, proveedores con cambios frecuentes y dueños que no tienen tiempo para sistemas complejos.

Por eso funciona directamente por WhatsApp, sin instalaciones, sin hojas de cálculo y sin curva de aprendizaje.

Si sabés mandar un mensaje, sabés usarlo.

No se trata de sobrevivir, sino de anticiparse

La inflación no se va a frenar mañana, pero sí podés dejar de estar siempre un paso atrás.

Con herramientas como Remargen, los comercios argentinos pueden anticiparse a los aumentos, cuidar sus márgenes y ganar tiempo para enfocarse en lo que realmente importa: vender y crecer.

La inteligencia artificial no elimina la inflación, pero sí elimina el descontrol.


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